JUAN JOSÉ FERRO DE HAZ
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12/2001

LA XI CUMBRE IBEROAMERICANA


La XI Cumbre Iberoamericana celebrada recientemente en Lima, ha sido sin lugar a dudas la mas digna de cuantas se han celebrado. La razón fue precisamente la ausencia de su artista favorito, Fidel Castro, cuyas causas no son difíciles de rastrear. Por una parte estaba el homenaje que le concedía el gobierno de Perú a Mario Vargas Llosa, uno de los escritores mas importantes de nuestra lengua y firme defensor de la democracia; por otro el recibimiento que le dispensó el presidente Alejandro Toledo a Carlos Alberto Montaner, reconocido intelectual cubano y una de las figuras mas respetadas de la oposición democrática en Cuba (un detalle inaudito en estos eventos). Otra causa no menos importante, aunque los periódicos pasaron por alto, es que la cumbre se celebró tras los atentados del 11 de Septiembre, en plena guerra mundial contra el terrorismo y sus aliados, y Lima no era el lugar mas seguro para el dictador cubano (también Fidel Castro acortó su visita a España cuando fue detenido Pinochet en Londres por orden del juez Garzón)

Igualmente resultó emocionante leer el artículo de Montaner sobre la Cumbre cuando expuso: “Vargas Llosa les dio a los asistentes a la Cumbre la oportunidad de manifestar su rechazo a Fidel Castro y el alivio que producía su ausencia. El novelista, en vista de la huida del dictador, lo aludió en un párrafo clave: se felicitaba y los felicitaba a todos porque esta era la primera Cumbre en la que no había excepciones: todos los jefes de gobierno habían sido democráticamente electos por sus pueblos en comicios plurales y libres. En ese punto se produjo el aplauso cerrado de todos los presidentes y del rey Juan Carlos, que fue el más entusiasta. Los representantes de Cuba se cruzaron de brazos y bajaron la cabeza...” Es reconfortante pensar que la mentira y el cinismo terminan por arrugarse y esconderse ante la fuerza inapelable de la verdad. También es un alivio para los que hemos contemplado durante tanto tiempo como estas cumbres se habían convertido en la pasarela internacional donde el déspota cubano legitimaba su dictadura e impunidad con el consenso de todos.

De todas formas, y al margen de la alegría que debe producir esta noticia a los cubanos, así como a todos los que conservan el mas elemental sentido de la justicia y la decencia, ¿realmente alguien cree que un gobierno totalitario, paradigma ejemplar del partido único y del terror de Estado, modelo tenaz del inmovilismo, la bancarrota y la miseria, que ha patrocinado y prohijado a todos los criminales y terroristas (algunos los llamarán “rebeldes”, “insurgentes” o “revolucionarios”) que a ambos lados del Atlántico han intentado subvertir el orden democrático, puede compartir alguna idea, valor o políticas comunes con los países que defienden la libertad, la prosperidad y que aspiran a desarrollarse? Ni siquiera alcanzando la democracia y la libertad, que son condiciones indispensables para cualquier perspectiva de desarrollo, se está a salvo de degenerar (por no decir que es demasiado frecuente) y convertirse en aliado de las ideas más reaccionarias. Y son precisamente las ideas mas reaccionarias –ya sea contra la globalización hoy, contra la deuda externa ayer o contra la libertad y el capitalismo siempre-, las que defiende este régimen retrógrado, que aún despierta tantas simpatías entre los nostálgicos de otras épocas. En cualquier caso, creo que el precedente de esta Cumbre Iberoamericana será decisivo para la futura credibilidad de las mismas: o se hace cumplir el estatus democrático como condición previa para participar en las mismas (tal como establece la Cumbre de las Américas, donde Cuba es el único país del continente que tiene prohibida su participación), o sencillamente estará condenada al fracaso y al circo que ofrece cada año el dictador cubano, que es el último recurso de su mascarada particular, y sólo sirve para gozo de curiosos y provecho de periodistas y medios que se alimentan con esta carroña.

Asimismo vale la pena mencionar un detalle no menos significativo. Y es que mas allá de la marcada ausencia de Fidel Castro, y de las anécdotas que la prensa recogía por la presencia de los dos intelectuales de prestigio (también del chileno Jorge Edwards), no había mas noticia de la cumbre. O para decirlo mejor, las noticias de la Cumbre se llenaban con estas anécdotas. El resto eran extensas parrafadas donde se resumía que el tema de la Cumbre había sido el terrorismo y que “todos los países se habían comprometido a luchar contra el terrorismo, a no dar cobijo a los autores, y a la detención, enjuiciamiento y extradición de los terroristas”. Esto es, todos condenaban enérgicamente el terrorismo en abstracto, pero nadie se atrevía a hablar del terrorismo en concreto, es decir, el de sus propios países, o de pedirle cuentas a los gobiernos que amparan y apoyan a los terroristas, criminales, narcotraficantes o secuestradores de todo el continente... Ya sea Cuba, que está en la lista de EE.UU. entre los países que apoyan el terrorismo internacional, que ha sido desde los años 60 el principal instigador de “la lucha armada revolucionaria” de todos los grupos terroristas del continente y que es un reconocido santuario etarra; ya sea Colombia, donde los terroristas controlan un zona franca del país cedida por el gobierno a modo de paraíso criminal, desde donde operan en sus empresas de secuestro, extorsión y narcotráfico con cifras espeluznantes y total impunidad (también las FARC y el ELN colombianos han perdido su inmunidad como ‘grupos rebeldes’, y han ingresado junto a ETA en la lista de grupos terroristas); o ya sea Venezuela, otro reconocido santuario terrorista donde los etarras gozan de un estatus privilegiado.

No deja de resultar paradójico, que mientras en todo el mundo se toman medidas excepcionales para luchar contra el terrorismo y se crean alianzas que comienzan a dar algunos resultados (sobre todo en España y Francia, con la detención de los etarras y la ilegalización de organizaciones afines), se trate con tanta laxitud el tema crucial de esta cumbre, cuando aún se rastrean los escombros y cadáveres del atentado terrorista mas mortífero en toda la historia de la humanidad. Fue precisamente Carlos Alberto Montaner quién en una entrevista radial dijo una frase que se me ha quedado grabada: “Y es que el 11 de Septiembre había comenzado la 4ª Guerra Mundial (teniendo en cuenta que la Guerra Fría había sido la tercera). No sé si el tiempo le dará la razón, si la cruzada contra el terrorismo que apenas acaba de comenzar durará tanto como la Guerra Fría (mas de 40 años), o si sencillamente quería enfatizar la importancia de esta fecha, y de todas las consecuencias que tendrá para el futuro. De lo que si no tengo ninguna duda, es que cualquier forma de terrorismo –el que sea islámico o de otro signo es simplemente el apellido, pero no afecta a la esencia- no sólo implica un profundo desprecio por la vida, la libertad y la dignidad humana, sino que siempre encontrará poderosos aliados en todos los países que no respetan estos valores...

Ojalá que esta Cumbre, que por circunstancias ajenas a ella ha resultado ejemplar en muchos sentidos, marque un precedente para los años futuros, y deje de ser esa foto de familia donde todos sonríen y nos saludan, pero donde nadie se atreve a llamar a las cosas por su nombre y menos aún a actuar en consecuencia.


Juan José Ferro de Haz.
Publicado en la Revista hispano cubana, nº 12, 2000.









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