JUAN JOSÉ FERRO DE HAZ
/

Artículos

 

 

ARTÍCULOS


Volver al resumen

03/2001

FERIA DEL LIBRO O DE LA IMPOSTURA


Las noticias sobre la Feria del Libro celebrada recientemente en La Habana me llegaron en fechas diferentes y con versiones distintas. Entre la primera y la última transcurrió poco mas de un mes. Así que tuve que esperar este tiempo para hacerme una idea de lo que había sucedido...

La primera me cogió sin avisarme y me salió al paso en Internet, en la página desde la que Granma Internacional informa al mundo de lo que sucede en Cuba... A bombo y platillo y con grandes titulares se anunciaba la próxima inauguración de la Décima Feria Internacional del Libro en La Habana. Simplificando toda la pomposidad y verborrea de costumbre, el resto de la noticia era: estarían presentes 62 editoras cubanas, España sería el Invitado de Honor (con mayúsculas ‘invitado’ y ‘honor’... ¡Hay que mimar el ego de los invitados y la ilusión de los crédulos!), se exaltaría la figura de Roberto Fernández Retamar y los medios de transporte facilitarían el acceso a la Cabaña. Para mas información sobre la Feria me remitían al portal de Cuba Literaria (publicaciones cubanas en la red), y de ahí al Diccionario de Autores Universales publicados en Cuba. Entonces fue cuando llegó la primera sorpresa... Total de autores publicados en Cuba: ¡404! ¿Cómo? No me lo puedo creer... Ni en la biblioteca mas cerca de la casa (que es municipal y pequeña), hay tan pocos autores. De todas formas no me quiero dar por vencido (quizás los 404 sean una antología de los autores mas importantes de todos los tiempos) y comienzo a buscar por el apellido autores que me interesan. Tecleo cinco apellidos: Borges, Kundera, Vargas Llosa, Orwell, Cabrera Infante: nada... Tecleo cinco mas: nada... No me aparece ninguno: ni cubanos, ni latinoamericanos, ni universales...

Para la segunda noticia ya estaba mas avisado, así presté mucha atención para que no se me escapara nada (es por la radio en el programa La Linterna, de Federico Jiménez Losantos). Y por fin me comienzo a enterar de cosas: dos de los grupos editoriales mas importantes de España –Planeta y Santillana- han decidido no participar en la Feria ya que no están dispuestos a aceptar las condiciones que les imponen: el gobierno cubano es quién decide lo que pueden publicar y lo que no. Los vetados no sólo eran autores cubanos – en este caso Guillermo Cabrera Infante y Zoé Valdés-, sino también los novelistas españoles que no gustaban allá, entre ellos J.J. Armas Marcelo, que acaba de sacar una novela ambientada en Cuba. De todas formas me queda flotando la pregunta: si desde siempre Cuba ha decidido lo que se publica y lo que no, ¿cuáles son las editoriales que asisten a estas Ferias y no le vetan nada? O bien lo que cuestionaba Jiménez Losantos ¿y los escritores españoles que van, acaso no les da vergüenza con sus propios colegas censurados o con los escritores cubanos que no se pueden leer allí? ¿O es que quieren aprovechar para vender allá lo que no venden aquí? O la cuestión de fondo ¿qué hace España aceptando tan sospechoso honor de una de las dictaduras mas feroces que recuerda el continente americano en el último medio siglo?

De todas formas y al margen de estas noticias... ¿De qué Feria del Libro me están hablando? ¿Desde cuando venden libros en Cuba? ¿Qué libros de Historia (aunque sea cubana), o de Literatura, o de Filosofía, o de Poesía se pueden encontrar en las librerías cubanas? Ni La Moderna Poesía, que en otros tiempos fue la mejor y mas céntrica librería de La Habana, le hace competencia a una biblioteca municipal de medio pelo en España? Y los que han vivido allí saben perfectamente que tanto esta librería, como las otras que hay (que son pocas) están repletas de mamotretos de marxismo, de discursos de todo tipo de Fidel Castro, de manuales de cualquier cosa y de un sin fin de temas que ni interesan ni se venden.
Yo apenas recuerdo haber comprado más de tres o cuatro libros en librerías de La Habana y todo lo que leí en su inmensa mayoría eran libros antiguos porque tuve la suerte de disponer de una magnífica biblioteca particular, pero que sólo llegaba hasta 1959... Y muchos libros con edición cubana que leí – García Márquez, Isabel Allende, Mario Benedetti, etc-, nunca los pude encontrar en una librería: me los prestaron. Por lo demás, cualquiera que haya vivido allá sabe que en esas Ferias no se compran libros, sencillamente porque no hay dinero para pagarlos en dólares, y el que tiene dólares, tiene infinitas prioridades antes que comprarse un libro. En otras palabras, esas Ferias son básicamente para los extranjeros que viven y trabajan allí, para los que tienen altos cargos en el Gobierno (y sí tiene dólares) y para todos los que flotan alrededor de este mundillo. La gente de a pie suele ir allí a pasear, a ver cosas ‘bonitas’ o a ‘cazar extranjeros’; pero no a comprar libros... Ese lujo no es para el promedio de los cubanos.

La última noticia sobre la Feria me llegó hace poco bajo un sospechoso título: Escritores de “Adentro” y de “Afuera”. Era un reportaje firmado por Mauricio Vicent (corresponsal de El País en La Habana), en el que hablaba del éxito que había tenido la Feria, y resumía las cifras de participantes, de títulos presentados y de ejemplares vendidos que habían batido todos los récords... Confieso que llegué hasta el final del escrito sólo para enterarme de cuál había sido la ‘apertura’, o sea, quiénes eran los escritores cubanos de afuera que habían sido resucitados de las catacumbas... Pero ¡ojo!, resucitados no para ser leídos y conocidos, sino para algo más siniestro, resucitados para convertirse en ‘bandera’, para presumir de apertura (como pregonaba el propio título del reportaje) y para presumir de ellos. En esta ocasión le tocó el turno al poeta y ensayista cubano Gastón Baquero... Entonces me vino a la mente una anécdota que leí, cuando dos años antes de su muerte y en uno de esos ‘encuentros literarios’ en Cuba se le había negado a la delegación española leer la ponencia que llevaba sobre la obra del escritor cubano.

Aunque sus obras no gozaron del reconocimiento público (como Carpentier o Lezama Lima), para nadie es un secreto que Gastón Baquero fue uno de los grandes intelectuales cubanos en todo el sentido de la palabra. Emigró de Cuba en marzo de 1959 y falleció recientemente en Madrid (1997), solo, renegado y olvidado. Ahora los que lo rechazaron hasta el último minuto, le ‘resucitan’ con una antología de poemas en una Feria, hablan de acercar su obra al pueblo..., ¡y se acabó! Ese es Gastón Baquero... No tiene mas obra, no escribió nada mas, ni tenía ideas sobre nada, ni aparte de su obra poética, dejó nueve libros de ensayo publicados (los que tratan sobre la cultura cubana para la enciclopedia de Cuba en el exilio editada en Puerto Rico son considerados magistrales), ni fue periodista, ni colaboró en la prensa cubana la mitad de su vida (cuando había prensa) y la otra mitad en la prensa española.

Como siempre sucede, los muertos nunca cuentan. Los pobres, que van a hacer si no se pueden defender ni protestar... Unos desconocidos que nunca han abierto un libro deciden todo por ellos: quiénes fueron, cómo fue su vida, cuál es su obra, cuales fueron sus ideas y cómo evolucionaron, qué se puede dar a leer de ellos y qué no. Después, cuando ya han fabricado a un monigote pegado a cuatro versos y un póster, lo manipulan a su antojo, le levantan una estatua y se jactan de su pertenencia... ¡Me parece sencillamente atroz!

El mejor ejemplo es José Martí.


Juan José Ferro de Haz.
Publicado en la Revista hispano cubana, nº 10, 2001.




























Volver al resumen